Dybbuk es un espíritu maligno del folklore de los judíos asquenazí que aparece en la literatura cabalista. Dybbuk es el alma de una persona mala que cometía delitos y pecados, como suicidio, por lo que no puede abandonar la existencia carnal. Dybbuk busca a alguien que haya pecado para poseerlo y seguir con sus hechos maléficos.
Los genios árabes pueden ser tanto buenos como malos. Shaitán o Iblis es, en realidad, un genio maligno. Los genios consisten en fuego sin humo y se dividen en varios tipos. Entre ellos hay gules que son demonios necrófagos que profanan las tumbas, y también secuestran niños vivos para devorarlos.
Los ráksasas son demonios-caníbales en el hinduismo y el budismo. Los peores pecadores se reencarnan en estos seres de apariencia desagradable que representan todo lo que causa sufrimiento, injusticia y mal. Los ráksasas comen carne y beben sangre humana. Además, buscan apoderarse de humanos, incluso recién nacidos, penetrando en sus cuerpos a través de la comida y la bebida, a fin de torturarlos.
Abadón es un ángel de destrucción y muerte en el judaísmo y el cristianismo, aunque su interpretación varía según diferentes textos. En la Biblia hebrea es el ángel del abismo sin fondo, el reino de los muertos. En el Apocalipsis de San Juan aparece como el rey de la plaga de langostas.
Zahhāk o Azi Dahaka es un ser maligno en la mitología persa, sobre todo en el zoroastrismo. Tiene forma de serpiente demoníaca de tres cabezas, capaz de cometer todos los pecados posibles. Según las profecías, en el fin de los tiempos, Azi Dahaka desolará el mundo y devorará la tercera parte de todos humanos.
Hundun es un ser mitológico chino sin cara y sin órganos de los sentidos. A diferencia de otros personajes religiosos, Hundun no amenaza al mundo, sino que fue víctima de otros seres mitológicos, que lo hirieron con la intención de abrirle huecos para que pudiera sentir. Sin embargo, Hundun murió y de los huecos en su cuerpo se filtró el universo en que vivimos.
Satanás o Satán es el término con que las religiones abrahámicas designan a un ser mitológico que representa la encarnación suprema del mal, personificada en el ángel caído que desobedeció y se rebeló contra los mandatos de Dios, en el caso de la religión cristiana, y en el caso de la religión musulmana Satán puede ser, tanto un genio o yinn que desobedece las órdenes de Allah, como una persona que se realiza actos de rebeldía en contra de la palabra de Allah. Curiosidad: en la biblia Satán mató solamente a 10 personas, mientras que Jehová más de 2 millones 270 mil 365 personas, entre diluvios, lluvias de fuego, plagas, etc.
Las figuras malignas de las religiones del mundo
Locuras
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